La temporada sigue avanzando y ya vamos por la 7ma cita de la temporada: el Gran Premio de
Canadá, que este año se celebrará su 51ª edición que desde el año 1978
ha sido acogido por el Circuito Gilles Villeneuve (antaño Circuito de la Isla
de Notre Dame) que cambió su nombre en honor del legendario piloto canadiense
tras su trágico fallecimiento.
Largas rectas y peligrosos muros son seña de identidad.
Aunque no es tan angosto como Mónaco, en determinados puntos los pilotos pasan
muy cerca de los muros. Tanto que uno de ellos es famoso por haber hecho caer a
grandes pilotos: el "Muro de los Campeones" (Donde campeones como
Hill, Schumacher, Villenueve, Alonso, Vettel y Button cayeron) en la última
chicane del circuito es, junto con el "Salut Gilles" pintado en
blanco en la recta de meta dos de las imágenes más caracterÃsticas de este
emblemático lugar.
Algunos equipos traerán a Montreal evoluciones para sus monoplazas. Sus interminables rectas serán el túnel de viento perfecto para aprovechar los libres y probar si funcionan. Y todo debe funcionar a la perfección en un circuito que acostumbra a brindarnos carreras épicas normalmente debido a la lluvia. En Montreal hemos visto a Fernando Alonso sucumbir a los muros en los tiempos de Renault, a Kúbica tener un espantoso accidente contra el muro, a Sebastian Vettel derrapando y perdiendo la victoria en la última vuelta en favor de Jenson Button en el 2011; y a Hamilton impactando con Räikkönen en la salida de boxes. En definitiva, un trazado que pone a prueba la habilidad de los pilotos y lleva al lÃmite del error, pero que también saca lo mejor de ellos. DifÃcil olvidar, por ejemplo y citando uno sólo, el triple adelantamiento de Felipe Massa en la horquilla de la curva diez.
Algunos equipos traerán a Montreal evoluciones para sus monoplazas. Sus interminables rectas serán el túnel de viento perfecto para aprovechar los libres y probar si funcionan. Y todo debe funcionar a la perfección en un circuito que acostumbra a brindarnos carreras épicas normalmente debido a la lluvia. En Montreal hemos visto a Fernando Alonso sucumbir a los muros en los tiempos de Renault, a Kúbica tener un espantoso accidente contra el muro, a Sebastian Vettel derrapando y perdiendo la victoria en la última vuelta en favor de Jenson Button en el 2011; y a Hamilton impactando con Räikkönen en la salida de boxes. En definitiva, un trazado que pone a prueba la habilidad de los pilotos y lleva al lÃmite del error, pero que también saca lo mejor de ellos. DifÃcil olvidar, por ejemplo y citando uno sólo, el triple adelantamiento de Felipe Massa en la horquilla de la curva diez.
El dominio aplastante de Mercedes en
las seis primeras carreras del año comienza a hacerse insoportable para el
resto de equipos. Pero la presión es aun mayor dentro de él: en Mónaco saltaba
la chispa con las declaraciones de Hamilton. El sábado, el error de Rosberg en
clasificación desataba el incendio. Tras la victoria del alemán, Hamilton
enfundaba la espada y trataba de acercar posturas a través de Twitter. Todos
los ojos estarán puestos en la pareja de pilotos para ver si realmente han
limado asperezas o la tensión sigue en aumento. Y es que las rivalidades
internas parecen ser, por el momento, el único freno al imparable dominio de
las Flechas Plateadas que enfrentara un circuito que para Lewis Hamilton trae
muchos buenos recuerdos ya que allà fue donde consiguió su primera victoria
(Primera de tres en el Gilles-Villenueve) a pesar de los malos recuerdos de sus
encuentros con Raikkonen y Button.
El Circuito Gilles
Villeneuve
Un total de catorce curvas componen
el desafÃo del circuito semipermanente de Montreal. La frenada de la curva 10 y
la larga recta anterior a la de meta son los puntos más claros de
adelantamiento. Como ya hemos dicho, los muros se esconden detrás de cada
curva y, aunque no es tan estresante como en Mónaco, supone toda un reto de
concentración para los pilotos pasar acariciándolos una y otra vez sin que las
caricias degeneren en un encuentro más agresivo de lo conveniente. El asfalto
del circuito tiene poco agarre, otro dato a tener en cuenta por pilotos e
ingenieros a la hora de afrontar este hermoso desafÃo.
Pasando la lÃnea de meta los pilotos llegan a 300 km/h a la frenada de la primera curva, en la que es fácil perder la referencia en la frenada si uno se pasa de optimista o cuando las condiciones del pista están en el punto intermedio entre la lluvia y la pista seca. Las dos primeras curvas son lentas y no es tarea fácil mantenerse en la lÃnea óptima. Una vez superadas, los pilotos encararán las curvas tres y cuatro, una chicane en la que los pilotos apuran los pianos para superarla lo más rápido posible. A la salida de la chicane aguarda un muro que los pilotos pasan rozando. La proximidad de sus ruedas con el hormigón da una idea de hasta qué punto cada piloto va al máximo o no en cada momento. Pero hay que ser cuidadosos: un exceso de confianza en el segundo piano puede hacer perder la trasera del monoplaza y que el roce con el muro acabe en impacto.
Casi sin tiempo para respirar, tras la curva cinco nos aguarda otra chicane, algo más lenta que la anterior, y que da comienzo al segundo sector. Tras la chicane, una recta y después otra chicane, más rápida que la anterior. Una vez superada, la frenada de la horquilla de la curva 10 es un punto perfecto para intentar el adelantamiento. Si no, hay que procurar situar bien el coche y salir con buena tracción. Será fundamental para tener una buena velocidad punta en la recta más larga del circuito, donde se puede volver a intentar el adelantamiento justo antes de la última chicane. Las dos últimas curvas enlazadas son una prueba de fuego: los pilotos llegan a unos 320 km/h -quizás más este año-, y deben superar esta rapidÃsima chicane lo antes posible porque en ella se pueden ganar o perder décimas vitales. Para ello, los pilotos prácticamente saltan por encima de los pianos, acortándolos tanto como es legalmente posible, pero siempre con la vista puesta en el "Muro de los Campeones". El más mÃnimo error y el coche acabará estampado y la sesión finalizará antes de tiempo.
En sà es un circuito que exige mucho a la aerodinámica, que exige una buena relación baja-media, y que también exige un balance casi perfecto en el área de suspensión y frenos, asi como gracias a la larga recta anterior pone a sufrir al motor asà que tras lo visto en Mónaco no serÃa extraño ver roturas de motor.
Pasando la lÃnea de meta los pilotos llegan a 300 km/h a la frenada de la primera curva, en la que es fácil perder la referencia en la frenada si uno se pasa de optimista o cuando las condiciones del pista están en el punto intermedio entre la lluvia y la pista seca. Las dos primeras curvas son lentas y no es tarea fácil mantenerse en la lÃnea óptima. Una vez superadas, los pilotos encararán las curvas tres y cuatro, una chicane en la que los pilotos apuran los pianos para superarla lo más rápido posible. A la salida de la chicane aguarda un muro que los pilotos pasan rozando. La proximidad de sus ruedas con el hormigón da una idea de hasta qué punto cada piloto va al máximo o no en cada momento. Pero hay que ser cuidadosos: un exceso de confianza en el segundo piano puede hacer perder la trasera del monoplaza y que el roce con el muro acabe en impacto.
Casi sin tiempo para respirar, tras la curva cinco nos aguarda otra chicane, algo más lenta que la anterior, y que da comienzo al segundo sector. Tras la chicane, una recta y después otra chicane, más rápida que la anterior. Una vez superada, la frenada de la horquilla de la curva 10 es un punto perfecto para intentar el adelantamiento. Si no, hay que procurar situar bien el coche y salir con buena tracción. Será fundamental para tener una buena velocidad punta en la recta más larga del circuito, donde se puede volver a intentar el adelantamiento justo antes de la última chicane. Las dos últimas curvas enlazadas son una prueba de fuego: los pilotos llegan a unos 320 km/h -quizás más este año-, y deben superar esta rapidÃsima chicane lo antes posible porque en ella se pueden ganar o perder décimas vitales. Para ello, los pilotos prácticamente saltan por encima de los pianos, acortándolos tanto como es legalmente posible, pero siempre con la vista puesta en el "Muro de los Campeones". El más mÃnimo error y el coche acabará estampado y la sesión finalizará antes de tiempo.
En sà es un circuito que exige mucho a la aerodinámica, que exige una buena relación baja-media, y que también exige un balance casi perfecto en el área de suspensión y frenos, asi como gracias a la larga recta anterior pone a sufrir al motor asà que tras lo visto en Mónaco no serÃa extraño ver roturas de motor.
Nro. De Vueltas: 78 vueltas
Longitud total del
circuito: 4361 km
Longitud total de la
carrera: 305.270
km
Record de vuelta: Rubens Barrichello 1:13,622 (2004)
Previsión y Horarios
La lluvia ha estado presente muchas veces durante el
Gran Premio de Canadá, contribuyendo a que la carrera sea caótica e
impredecible. Según la previsión meteorológica, la lluvia sólo afectarÃa este
año a los entrenamientos libres del viernes, respetando el resto del fin de
semana que serÃa soleado y con buenas temperaturas. No obstante, si
efectivamente llueve el viernes, podrÃa comprometer el trabajo de los
equipos, tanto de cara a probar las evoluciones, como en la tarea de reglar
el monoplaza y, quizás la más relevante, conocer y comprender el rendimiento de
los neumáticos.
En tanto a los horarios, el evento comenzara el viernes
con las primeras y segundas practicas libres a las 10:00am y 2:00pm hora local
(9:30am y 1:30pm hora de Venezuela), el sábado la PL3 será 3 horas exactamente
antes de la clasificación que se llevará a cabo a las 1pm local, 12:30 del mediodÃa
en Venezuela. Para el domingo el Gran Premio comenzará a las 2 de la tarde.
0 comentarios:
Publicar un comentario